El término “Medicina Sexual” se ha implementado recientemente para una especialidad que conceptualiza, desde un punto de vista integral y multidisciplinario, todos los aspectos de la salud relacionados con la sexualidad.
Según la OMS, «…la salud sexual es un estado de bienestar físico, emocional, mental y social relacionado con la sexualidad; no es solamente la ausencia de enfermedad, disfunción o incapacidad…”. También aclara que “…para que la salud sexual se logre y se mantenga, los derechos sexuales de todas las personas deben ser respetados, protegidos y ejercidos a plenitud».
La comprensión del “derecho” es parcial cuando no existe el conocimiento previo de lo que significan la salud y la calidad de vida. En la salud pública, los programas se enfocan en la reproducción y la “genitalización”. No sorprende que el Ecuador sea el segundo país latinoamericano donde se incrementó el embarazo adolescente en un 74%. Pues ha sido más fácil repartir preservativos y pastillas anticonceptivas, antes que educar sobre la sexualidad sana. En los temas sexuales, abundan los tabúes y las creencias populares. Se demoniza la masturbación y se oculta la menstruación;no se diga la disfunción eréctil que desde el 2014 es un predictor de lesión cardiovascular. La vergüenza y la abundancia de ciertos profesionales que actúan sin fundamento científico, favorecen la perpetuación de los mitos y de la confusión.
En 1975, la Organización Mundial de la Salud (OMS) enfatizó que la salud sexual no debe orientarse solamente a “… brindar los consejos y los cuidados relacionados con la reproducción o las enfermedades sexualmente transmitidas." Y en realidad el individuo no es su genital. La valoración adecuada de un paciente que presenta una disfunción sexual, puede orientar al médico a la prevención, diagnóstico y tratamiento de enfermedades como la diabetes, las enfermedades del corazón, el colesterol elevado, los trastornos de la tiroides, o de la testosterona y muchos más.
Nuestra necesidad en esta página y en cada documento publicado en ella; es ofrecer a nuestros lectores el acceso sencillo y honesto a las ciencias que diariamente digerimos los médicos, con el interés de prevenir la enfermedad y en favor del alivio de nuestros pacientes.
“…el derecho a gozar de los beneficios del progreso científico y de sus aplicaciones” (De los Derechos Humanos, Ginebra 2012)