CON EL SEXO EN CUARENTENA: LO PATOLÓGICO Y LO LÓGICO

CAPÍTULO UNO

A más de cuarenta y ocho días de aislamiento obligatorio, ya no dan risa los memes y tampoco estimulan los mensajes de autoayuda. Siempre habrá quienes preserven su alma y piensen en los demás: multipliquen sus panes o sus peces para compartir con el que más necesita. Pero también sabemos que el egoísmo y la corrupción se han fortalecido. Nos hemos estrellado contra la muerte y la quiebra económica, quién va a pagar nuestras cuentas. Lo que empezó siendo un “reencuentro filosófico con uno mismo”, se ha transformado en una grave crisis humana. 

¿Pero doctora, quién piensa en sexo con tanto problema? – frente a este comentario frecuente, me quedo pensando que es cierto, pero la respuesta sexual, es parte de la salud. A nadie se le ocurre dejar de cepillarse los dientes o lavarse las manos aún a pesar de la pandemia.

Cuando hablo con mis estudiantes, les explico que las personas pueden presentar síntomas que muchas veces, son expresión de una enfermedad; estos son los síntomas patológicos. Pero también hay “síntomas” que ocurren transitoriamente y son debidos a los cambios en los hábitos y no necesariamente son una enfermedad; estos son los lógicos.

En la sexualidad, hemos podido observar ambas expresiones clínicas durante este tiempo. La respuesta sexual se ha visto afectada en algunos casos, al tener pareja “puertas afuera” y no poder reunirse. En otros casos, el aburrimiento, la depresión o el hartazgo; han fatigado el encuentro sexual en la convivencia.

Uno de los síntomas lógicos más frecuentes, es la disminución del deseo sexual. Este síntoma no es la manifestación de una enfermedad cuando el varón tiene pensamientos sexuales y deseos de intimar, aunque no logre concretarlos. La pérdida de la erección es otro motivo de consulta. No obstante, si las erecciones matutinas se presentan sanas y duraderas, puede ser un signo de buena salud. El retardo eyaculatorio también es de preocupación frecuente. Puede estar asociado a la pérdida de la erección o a la desconcentración. Muchos varones se quejan de anorgasmia. Hay que recordar que el orgasmo es una respuesta dependiente de la salud del pensamiento y la emoción. Si la persona está preocupada o distraída, puede tener orgasmos de poca calidad.

La ansiedad y el encierro, ha provocado que los varones ingieran un exceso de comida chatarra. Esto ha causado una elevación en los niveles de glucosa, colesterol y triglicéridos. El teletrabajo nos tiene sentados en la computadora, más de diez o doce horas. No hay parques ni ganas de hacer ejercicio. Por lo que hay frecuente dolor lumbar o ciático y empeoramiento de las várices y hemorroides. El estar sentado mucho tiempo junto con la falta de eyaculación frecuente, ha hecho que los varones presenten síntomas de congestión prostática. Esto se manifiesta por dolor en la región del periné y testículos que se irradia a las ingles y cara interna de los muslos.  Puede haber un incremento de la frecuencia urinaria, a veces con ardor o molestias. Se refiere también, dolor al eyacular, secreciones anormales en el prepucio o lastimaduras en el pene. 

Para que un síntoma deje de ser lógico y se convierta en patológico, se requiere de un mecanismo sostenido de lesión. Los investigadores sugieren que luego de 90 días, hay un recambio completo de las células y de los mecanismos metabólicos. En el caso de las arterias, como el pene, después de tres meses sin erecciones, ya ocurren cambios en los tejidos, muchas veces irreversibles.

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